El rebranding de AM 1979 modernizó su imagen preservando la tradición de la pastelería chilena, logrando una propuesta única y cercana. A través de un rediseño que incluyó identidad, comunicación, packaging, look & feel del espacio, se conectó lo clásico con lo contemporáneo. Inspirados en refranes populares, las ilustraciones ligeras añaden humor y frescura, haciendo que la marca sea más entretenida y accesible. Elementos tradicionales como la blonda fueron rescatados, evocando nostalgia mientras se ofrece una propuesta moderna y atractiva. Esta renovación no solo optimizó la experiencia del usuario, sino que también potenció el impacto comercial, permitiendo que las recetas familiares perduren en nuevas generaciones y contribuyendo a mantener vivas las tradiciones chilenas.