Convocamos un experimento público a través de los medios de comunicación para analizar el impacto de la IA en las personas. Acudieron decenas. Divididas en dos grupos, el primero se sometió al monólogo improvisado de una máquina. El segundo se enfrentó a la interpretación de un actor. Tanto la IA como el actor recibieron los mismos inputs para generar su discurso. La IA fue incapaz de despertar una sola emoción que no fuese de incredulidad. El actor, en cambio, arrancó carcajadas, lágrimas, sorpresas, reflexiones. Bajo el claim La emoción de ser humano. Celebra la vida. Celebra el Teatro, el Principal de Zamora presentaba la nueva temporada.