Convencionalmente, un showroom se describe como un espacio -muchas veces genérico - donde exponer los productos físicos a los potenciales clientes. Decidimos abordar este encargo desde la mirada de que la misma arquitectura pudiera acoger e incluir los distintos productos y los hiciera parte del mismo diseño, transformándolos y exponiéndolos ya no como productos aislados sino como elementos arquitectónicos capaces de configurar espacios y crear una atmósfera con ellos, otorgando así un carácter único a este showroom. Así, el uso del perfil de metalcon como cielo, los paneles metálicos como celosías, el panel de acero crudo como piso y los perfiles tubest como mobiliario, logra descontextualizar el producto y lo convierte en un elemento de arquitectura.