Si decimos tragedia decimos teatro, así ha sido desde Esquilo o Aristófanes, autores clásicos vigentes todavía. Por eso decir teatro es decir memoria, más de tres mil años de discurso que nos permite saber quiénes somos y de dónde venimos. Los incendios ocurridos en Zamora en el verano de dos mil veintidós calcinaron casi setenta mil hectáreas, una tragedia para la biodiversidad y para los habitantes de las comarcas afectadas. Un desastre que ya pertenece a la memoria colectiva y que debe preservarse para mirar al futuro. El fuego purifica o destruye, pero también ilumina contra el olvido. Así ha sido el teatro desde el inicio de los tiempos.