Nuestros novios querían celebrar su boda en los terrenos de una finca de Mallorca, en un amplio espacio árido, sin ningún tipo de infraestructura. Pero no podía faltar detalle, querían una boda divertida, distendida, donde no faltaran los elementos básicos de toda celebración, pero huyendo de convencionalismos. Nadie debía quedar indiferente, tenía que ser un día para recordar.