Antes, de noche, la luz se obtenía de las chispas de una centella de rayo, que se almacenaban, colgadas como longanizas, en unos silos. Cuando no existían las pilas tenían una gran importancia. Las chispas de rayo, como si fueran gotas de luz, se guardaban dentro de la Torre Sobrerroca, donde se pueden ver, todavía incandescentes, colgadas de la parrilla.
No las toquéis, os chamuscarían los dedos